jueves, 21 de agosto de 2008
"Ni escotes ni minifaldas"
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/misc/newsid_7568000/7568328.stm
Un breve comentario:
Si revisas el link anterior primeramente, notarás como la prensa coloca la nota como un escándalo dentro de la sociedad mexicana. Sin entrar en denominaciones o tradiciones, entendemos que la biblia, nuestra norma de fe y conducta, hace clara referencia al modo de vestir que debe tener la mujer y no es un problema de machismo como están señalando algunos, sino de santidad porque detrás de esa actitud lo que hay es un deseo de la mujer de mostrar el cuerpo. Lucir sexy no es más que un deseo de la carne relacionado con la sensualidad y la vanidad del cuerpo. La mujer fue creada con ciertos atributos para atraer al sexo opuesto, con vista a fomentar el deseo sexual en el lecho matrimonial. Estas cosas sabemos, por estudios científicos, que el sexo masculino las persive a través del sentido de la vista, porque el hombre es excitado por está vía a diferencia de la mujer que lo es más a través del sentido del tacto, es decir, a través de las caricias.
En otro sentido, para nada este planteamiento crea alguna justificación para el hombre que con actos de violencia y agresión se acerca a una mujer, porque tampoco esto es aceptado por la Palabra de Dios, más bien nos llama al respeto, al amor y las buenas obras. Crear las bases del respeto social, que cada vez se pierde más así como la perspectiva de Dios en cuanto a todos los asuntos de la vida del hombre (genéricamente hablando), se aleja absolutamente de la violación de los derechos de la mujer a decidir, que se trata de amparar detrás de esta fachada para huir de su responsabilidad en la situación que se presenta ante Dios y la sociedad. La cuestión no radica en vestir como viejas o anticuadas, sino dentro del orden, el decoro, el pudor y la modestia, escogiendo lo aceptable dentro de la moda impuesta.
Una vez más hacemos gala de nuestra rebeldía y desobediencia abierta a la Voluntad de Dios que es buena, agradable y perfecta. Mujeres, no nos volvamos a dejar engañar escuchando la voz de la serpiente en lugar de la de nuestro Padre. Hombres, no volvamos a decir: "Señor, la mujer que me diste...", sino más bien rechaza la propuesta de la tentación, que todos tenemos capacidad para decidir y responsabilidad tenemos por ello ante Dios.
Dios les continue bendiciendo con abundancia de paz.
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