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Ea!, sí, contigo!!
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Un hombre fue a ver a su pastor para pedirle consejo. En sus manos llevaba páginas escritas con quejas contra su esposa. Después de horas de escuchar ininterrumpidamente, el pastor no pudo evitar preguntar: «Si es tan mala, ¿por qué se casó con ella?» De inmediato, el hombre respondió: «¡Ella no era así al principio!» El pastor, incapaz de contener sus pensamientos, preguntó: «Entonces, ¿me está diciendo usted que ella es así porque se casó con usted?» Ya sea que esta historia sea real o no, sí que sugiere una lección importante a aprender. A veces, los sentimientos hacia un cónyuge pueden enfriarse, pero el amor es mucho más que sentimientos -es un compromiso para toda la vida. Aunque la mayoría de las personas eligen casarse sólo por amor, en algunas culturas las personas todavía se unen por medio de matrimonios arreglados. En las vidas de Isaac y Rebeca, las cuales se registran en el libro de Génesis, el amor vino después del matrimonio. El capítulo 24 dice que Isaac se casó con Rebeca y luego la amó (v. 67). El amor bíblico trata acerca de nuestra disposición a hacer lo que es bueno para el otro. Se les instruye a los esposos a «amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos» (Efesios 5:28). Así que, caminando en obediencia al Señor, mantengamos nuestros votos matrimoniales de amar «hasta que la muerte nos separe». -AL
EL AMOR ES MÁS QUE UN SENTIMIENTO, ES UN COMPROMISO.
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