jueves, 10 de septiembre de 2009

Un líder del cártel de Tijuana (México) cambia la AK-47 por la Biblia

DURANGO, 30/08/2009 Agencia Reforma, Edición ACPress.net
Miguel Arellano Félix, hijo de uno de los fundadores del Cártel de Tijuana, abandonó esta banda delicitiva, una de las más violentas de México, tras abrazar el perdón y la fe en Jesús para convertirse en pastor cristiano. Cambió la AK-47 por la Biblia.

El Cártel de Tijuana ha sido descrito como uno de los cárteles más grandes y violentos que operan en México, y es también conocido como el Cártel Arellano Félix (CAF). Es una organización criminal mexicana dedicada al tráfico ilegal de drogas.

Establecido en Tijuana, Baja California, sus operaciones se centran en la parte noroeste de México. Sin embargo, compite en la demanda y movimiento de droga con los otros grandes cárteles en México, principalmente el Cártel de Sinaloa, que controla la parte poniente del país; el Cártel de Juárez, que controla la parte centro del país y el Cártel del Golfo, cuyo control se ubica en la parte este del país.

TESTIMONIO DEL PODER DE JESÚS

En unas recientes conferencias de la Alianza Ministerial Evangélica se presentó Miguel Arellano, y relató su historia de conversión como testimonio del poder de Dios para perdonar y transformar las vidas.

"Soy hijo de Ramón Arellano, y pertenecí 10 años al Cártel de los Arellano Félix. Era uno de los pilotos de aviones del cártel; y durante cuatro años fui jefe del Cártel Arellano Félix. Recorrí todo el país traficando con drogas", explicó luego en una entrevista posterior a su intervención en una de las conferencias que dio en esta Ciudad el 31 de julio y el 1 y 2 de agosto. Además afirma haber sido acusado de la muerte de 12 federales, registradas en 1998 en Tijuana, y de varios secuestros.

Su carrera terminó en la prisión. "Estuve prisionero en Puente Grande, Jalisco, condenado a 25 años de cárcel. Pero sólo estuve un año, porque tuve un proceso que me dejó libre", relata. "Yo creo y estoy seguro que Jesucristo me sacó de ahí (de la cárcel)", dice. Fue entonces cuando, como explica, cambió la AK-47 por el Jesús de la Biblia.

También afirma que sufrió una terrible persecución luego de abandonar la banda criminal que era el cártel de Tijuana. "Cuando salí del Cártel fui perseguido por los que se consideraban mis enemigos, y asesinaron a mi esposa y a mi niña, entregándomelas en pedazos un grupo de sicarios.

A pesar de estas experiencias trágicas se ha mantenido firme en su fe, ejerciendo como pastor evangélico: "ahora me dedico a predicar la palabra de Dios... el mensaje que traigo: que los jóvenes no caigan en las drogas, el narcotráfico es un monstruo que abraza familias completas y destruye la vida de los jóvenes".

 
 

martes, 8 de septiembre de 2009

Expertos en buscar culpables

"¿Quién se da cuenta de sus propios errores?" Salmo 19:12

Leonard Mitchel fue un gran jugador de baloncesto que llegó para jugar en el Collado Villalba en la liga española. Casi tan pronto como llegó, los directivos le dieron un coche para ir a los entrenamientos en un pabellón que se encontraba a 40 Km de donde vivía.

La primera vez que llegó con el coche le dijo a su presidente: "voy a comprar yo uno, porque este va muy despacio y echa mucho humo".

El presidente se extrañó por cuanto era un coche nuevo y bastante caro, pero cuando lo vio conducirlo, comprendió todo. Leonard nunca había tenido un coche de 5 marchas y fue desde su casa al pabellón con la primera marcha puesta y, lógicamente, sin lograr sobrepasar los 50 Km hora. Todos los coches que había conducido eran automáticos.

¡Alto! No te rías tanto del pobre Leonard. Seguro que si todos supiesen aquella vez que tú... Sí, todos hemos metido la "pata" muchas veces. No hay una sola persona en el mundo que no haya cometido equivocaciones en su vida, lo peligroso no es equivocarse: lo realmente peligroso es no reconocerlo.

Somos expertos en buscar culpables de nuestras equivocaciones. Desde el mismo Adán que reaccionó echándole la culpa a su mujer ("la mujer que me diste...") hasta nosotros.

La historia está llena de personas que nunca supieron reconocer sus errores.

¿Cuántas veces has escuchado estas palabras? : "Yo no sabía" "Fue él que...", "No pude evitarlo...", "Si alguien me lo hubiera dicho......", "Cualquiera, en mi situación, hubiera hecho lo mismo... ", "Yo soy así..." La gente inventa lo que sea antes de reconocer sus propios errores.

Dios dice que los "pobres en espíritu" son felices. Un pobre en espíritu es aquel que sabe que necesita aprender, uno que es capaz de reconocer sus errores, uno que es capaz de pensar en cada situación que quizás es él el que está equivocado. Todos los sabios son en cierta manera "pobres en espíritu" porque un sabio es aquel que sabe rectificar sus errores y aprender de ellos.

Nuestra capacidad para crecer en la vida espiritual depende de sí somos capaces de reconocer y rectificar nuestras equivocaciones. Nuestra capacidad para vencer al enemigo depende de sí sabemos ver nuestros puntos flacos, pedirle a Dios que los rectifique y considerar que, en muchas situaciones, los errores son nuestros.

Por otra parte, Dios nunca va a cometer una equivocación, así que más vale que seamos sabios y ante cualquier situación dudosa debemos preguntarnos: ¿Me habré equivocado?

Jaime Fernández es escritor, músico y director del programa «Nacer de Novo» (TVG)

© J. Fdez. Garrido, ProtestanteDigital.com (España, 2009).