viernes, 7 de noviembre de 2008

Definiciones

El diccionario define muerte como “cesación o término de la vida”. Aunque con frecuencia la asociamos con extinción. La muerte en la Biblia nunca significa el final de la existencia. En cambio, significa separación de un dominio dado o incapacidad de funcionar en él. La Biblia describe siete muertes:

Muerte espiritual. Es la separación de Dios. Como resultado de la caída, todos los seres humanos naces espiritualmente muertos, cautivos del “dominio de las tinieblas” (Gn. 2:17; Col. 1:13; Ro. 6:23).

Muerte posicional. Es la separación del pecado y de la naturaleza pecadora. Todo creyente recibe vida espiritual y es colocado en Cristo en el momento de salvación. Ahora, como creyentes, nosotros tenemos la habilidad de elegir a cada instante si hemos de servir a nuestra vieja naturaleza pecadora, que no nos será quitada hasta que muramos físicamente, o a nuestra nueva naturaleza (Ro. 6:1-4, 10, 11; Gá. 2:20: Co. 2:12, 20, 3:3).

Muerte temporal. Es la carnalidad, la separación de la comunión con Dios. Cada vez que como cristianos cedemos a la tentación de pecar, entramos en una muerte temporal (Stg. 1:15; Ro. 8:2, 6, 13: 1 Ti. 5:6).

Muerte operacional. Es la separación entre nuestra profesión de fe y la práctica de esa fe (Stg. 2:26; Ef. 5:14; 1 Jn. 1:5-6).

Muerte sexual. Es la incapacidad de funcionar sexualmente (Ro. 4:19, 20; He. 11:11-12).

Muerte física. Es la separación de alma y cuerpo; la incapacidad de funcionar en el sentido físico (He. 9:27; Gn. 5:5).

Muerte segunda. Es el juicio de los incrédulos, la separación eterna de Dios (Ap. 19-20).


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